
LA CONCENTRACIÓN DE DIÓXIDO DE CARBONO MARCÓ UN NUEVO RÉCORD Y ALERTA POR UN “CÍRCULO VICIOSO CLIMÁTICO”
La Organización Meteorológica Mundial informó que el CO₂ alcanzó su nivel más alto desde que existen registros. También aumentaron el metano y el óxido nitroso, agravando el impacto del cambio climático y anticipando nuevos eventos extremos.
La concentración de dióxido de carbono (CO₂) en la atmósfera alcanzó un récord histórico en 2024, según el informe anual de la Organización Meteorológica Mundial (OMM). El organismo advirtió que el incremento de gases de efecto invernadero está acelerando el calentamiento global y generando un “ciclo vicioso” que agrava los impactos del cambio climático.
El documento detalla que las emisiones derivadas de la actividad humana, los incendios forestales y la reducción de la capacidad de absorción de los sumideros naturales —bosques y océanos— impulsaron el crecimiento más alto desde que se tienen registros. La OMM alertó que este proceso podría volverse irreversible si la Tierra continúa perdiendo su capacidad de absorber carbono.
Las tasas de aumento del CO₂ se triplicaron desde la década de 1960: pasaron de 0,8 a 3,5 partes por millón (ppm) por año entre 2023 y 2024, alcanzando un promedio global de 423,9 ppm. Antes de la Revolución Industrial, los niveles se mantenían en torno a las 280 ppm.
El informe también destacó que 2024 fue el año más cálido de la historia, impulsado por un fuerte episodio del fenómeno El Niño, que alteró los patrones climáticos globales, incrementó los incendios forestales y debilitó los ecosistemas naturales.
Además del CO₂, otros dos gases de efecto invernadero —el metano (CH₄) y el óxido nitroso (N₂O)— alcanzaron sus máximos históricos. El metano registró una concentración media de 1.942 partes por mil millones (ppb), un 166% más que en la era preindustrial, mientras que el óxido nitroso llegó a 338 ppb, un 25% por encima de los niveles previos a la Revolución Industrial.
Ko Barrett, secretaria general adjunta de la OMM, señaló que reducir las emisiones es una prioridad ineludible. “Cada año que pasa sin una reducción significativa nos aleja del objetivo de limitar el aumento de la temperatura global a 1,5 °C. Las decisiones actuales definirán la magnitud de los impactos que vivirá la humanidad en los próximos siglos”, afirmó.