MACABRO CRIMEN EN SANTA TERESITA: MATÓ A SU JEFE Y SE HIZO PASAR POR ÉL PARA VENDER SUS BIENES
El dueño de una fábrica de pastas fue hallado enterrado en la casa de un empleado, quien usó su celular para simular que estaba de vacaciones y concretar la venta de sus pertenencias.
Consternación en la ciudad bonaerense de Santa Teresita tras el hallazgo del cuerpo de Aarón González, propietario de una fábrica de pastas, quien había sido reportado como desaparecido hace más de un mes. El cadáver fue encontrado enterrado en el patio de la vivienda de uno de sus empleados, Maximiliano Sosa, quien fue detenido acusado de homicidio y robo agravado.
La investigación comenzó luego de que un amigo de la víctima, Daniel Di Menna, denunciara el pasado 14 de octubre haber recibido mensajes extraños desde el teléfono de González. Según relató, su amigo llevaba más de seis semanas sin dar señales y los textos que llegaban por WhatsApp le resultaban sospechosos: pedían dinero y daban excusas poco convincentes. “Decía que se había roto el celular, que no podía mandar audios y que estaba de vacaciones en Brasil”, contó el denunciante, quien advirtió la inconsistencia del relato.
Tras la denuncia, el Ministerio Público Fiscal solicitó a Migraciones un informe que confirmó que González nunca había salido del país durante este año. Las sospechas se centraron entonces en Maximiliano Sosa, uno de los empleados del empresario, quien había quedado a cargo de su local, sus vehículos y su vivienda según los mismos mensajes enviados desde el celular de la víctima.
Un allanamiento en la casa de Sosa reveló el peor desenlace: el cuerpo de González fue hallado a un metro y medio de profundidad en el patio trasero, gracias al trabajo de los canes rastreadores y personal de Defensa Civil. En el lugar se encontraba el acusado junto a su esposa, quien también fue demorada para declarar.
El auto de la víctima, un Volkswagen Vento, fue posteriormente localizado en poder de un vecino que lo había adquirido semanas atrás. La causa quedó caratulada como “robo agravado por codicia y homicidio”, y la autopsia fue programada para este viernes 17 de octubre en la Morgue Judicial Pavón.
El crimen conmociona a la comunidad costera y deja al descubierto una trama de engaños y manipulación: el asesino habría utilizado el teléfono de su víctima para suplantar su identidad y vender sus bienes mientras simulaba que el empresario seguía con vida.
