
UN TRABAJADOR RUSO RECIBIÓ POR ERROR EL SUELDO DE 34 COMPAÑEROS Y SE NIEGA A DEVOLVERLO
El empleado fue demandado por su empresa tras recibir más de 7 millones de rublos por un fallo informático; el caso llegó al Tribunal Supremo de Rusia.
Un insólito episodio ocurrido en la ciudad de Khanty-Mansiysk, Rusia, mantiene en vilo al sistema judicial del país. Vladimir Rychagov, un operario de una fábrica, recibió por error una transferencia de más de 7 millones de rublos (equivalentes a unos 75.000 euros), correspondiente al salario de 34 de sus compañeros de trabajo. El depósito se originó a raíz de un fallo informático, pero el empleado decidió no devolver el dinero, alegando que no existía obligación legal de hacerlo.
Rychagov, que debía percibir 46.954 rublos (unos 505 euros) por sus vacaciones, se encontró con una suma millonaria en su cuenta y, al principio, creyó que se trataba de una bonificación especial. Sin embargo, poco después, el área contable de la empresa lo contactó para notificarle del error y exigir la restitución de los fondos. El trabajador se negó, asegurando que había consultado por su cuenta la normativa vigente y que, al tratarse de un fallo técnico y no contable, tenía derecho a conservar el dinero.
El hecho generó un fuerte conflicto interno y derivó en una demanda judicial. Las autoridades de la empresa congelaron sus cuentas y lo acusaron de complicidad con un contador, aunque la causa penal fue desestimada por falta de pruebas. Según los registros, el dinero provenía de otra sucursal y fue transferido a su cuenta principal por un error del software de pagos.
El director ejecutivo interino de la compañía, Roman Tudachkov, afirmó que “no hubo ningún bono ni decimotercer sueldo involucrado, sino una transferencia errónea”, y confirmó que el asunto se resolverá “por la vía legal”. El caso llegó hasta el Tribunal Supremo de Rusia, que deberá decidir si el trabajador podrá conservar o no la suma recibida. Mientras espera la resolución definitiva, Rychagov mantiene su postura: asegura que actuó de buena fe y que no piensa devolver el dinero que, según él, le fue “legítimamente acreditado”.