
HORROR Y SUPERVIVENCIA: LOS TESTIMONIOS DE LOS REHENES ISRAELÍES LIBERADOS TRAS MÁS DE DOS AÑOS DE CAUTIVERIO EN GAZA
Los 20 israelíes liberados por Hamas relataron torturas, hambre extrema y largos períodos de aislamiento. Algunos permanecieron más de 700 días encadenados y sin ver la luz del sol. Psicólogos advierten sobre las secuelas del trauma.
Los recientes testimonios de los rehenes israelíes liberados por Hamas revelan un panorama de horror y sufrimiento extremo durante los 738 días de cautiverio en Gaza. Según los relatos difundidos desde Tel Aviv, los liberados pasaron por largos períodos de aislamiento, torturas físicas y psicológicas, inanición y manipulación emocional. Muchos de ellos no vieron la luz del sol durante más de dos años y perdieron gran parte de su peso corporal debido a las condiciones infrahumanas del encierro.
Entre los casos más estremecedores se encuentra el de Avinatan Or, secuestrado en el festival Nova, quien permaneció absolutamente solo durante todo el cautiverio y perdió cerca del 40% de su peso corporal. Otro de los liberados, el colombo-israelí Elkana Bohbot, pasó gran parte del tiempo encadenado en túneles subterráneos, sin contacto con el exterior. A pesar de las privaciones, Bohbot llegó a pedir permiso para ducharse el día del aniversario de su boda, gesto que conmovió incluso a sus captores.
Los hermanos Gali y Ziv Berman, secuestrados juntos el 7 de octubre de 2023, permanecieron separados durante más de dos años sin saber que estaban cautivos en la misma zona. Su reencuentro, registrado en una base militar israelí, fue uno de los momentos más emotivos de la liberación. Otros rehenes, como Guy Gilboa-Dalal, fueron alimentados a la fuerza en las últimas semanas tras la difusión de videos que mostraban el deterioro extremo de los cautivos.
La tortura psicológica fue una constante: los secuestradores simulaban liberaciones falsas, difundían mentiras sobre la muerte de familiares y grababan videos bajo amenaza de muerte. A Matan Angrest, un soldado israelí, le hicieron creer que sus abuelos sobrevivientes del Holocausto habían muerto. En otros casos, los rehenes fueron obligados a participar en filmaciones propagandísticas con armas apuntándoles a la cabeza.
La psicóloga Einat Kauffman, quien asiste a los sobrevivientes, explicó que el desafío inmediato es “devolverles la sensación de control” tras años de sometimiento total. “Durante el cautiverio, no podían decidir cuándo hablar, comer o incluso moverse. Lo primero es que vuelvan a sentir que pueden elegir”, explicó. Los especialistas advierten que el proceso de recuperación será largo y complejo, marcado por traumas profundos, hipersensibilidad al contacto físico y trastornos de ansiedad.
Los médicos que los atienden aseguraron que muchos liberados todavía guardan silencio por respeto a quienes siguen desaparecidos o murieron en cautiverio, y que sus relatos más duros comenzarán a conocerse con el paso de las semanas. Para Israel, los reencuentros trajeron alivio y esperanza, pero también el reflejo de una tragedia que dejó cicatrices imposibles de borrar.